El mes pasado, una de nuestras propias madres dio a luz en medio de las circunstancias más difíciles imaginables. Ella fue al hospital con su esposo, y tanto ella como su esposo salieron positivos con COVID-19 sin siquiera saberlo antes. Desafortunadamente, enviaron al esposo a casa de inmediato y la mamá se quedó sola y aislada, ya que ninguna de las enfermeras quería estar demasiado cerca del virus.
En medio de este aislamiento, nuestra madre también estaba teniendo dificultades para dar a luz de forma natural. Al final, tuvo que someterse a una cesárea para salvar al bebé. Explicó que estar allí durante la cirugía fue uno de los momentos más difíciles de su vida.
No dejaba de pensar en cómo deseaba con todo su corazón que su esposo estuviera allí con ella. Temblaba de miedo, incertidumbre y tristeza.
Fue entonces cuando se dio cuenta de por qué Familias Resilientes Gilroy había llegado a su vida unos años antes. Mientras soportaba la cirugía, recordó la capacidad de recuperación enseñada en el programa y las historias de madres inspiradoras que habían pasado por dificultades y las habían superado.
Sabía que tenía que ser lo más fuerte posible para salir adelante porque no había otra opción; sólo entonces se dio cuenta de la fuerza que realmente tenía dentro de ella. Porque su fuerza no era solo la suya que había construido y desarrollado en las clases. También llevaba consigo la fuerza de todas las mamás que había conocido en el programa, y todas las vidas que cambió al compartir este programa con otras familias. Aunque su cuerpo físico estaba solo en ese hospital, muchas otras madres estaban levantando su espíritu.
Estamos muy contentos de informar que la madre y el bebé ahora están felices y saludables, descansando en su casa con papá y hermano pequeño. ¡Qué familia tan resiliente!
